Hace unos años había un espot publicitario televisivo de una marca de coches (no recuerdo cuál, ya que no me interesan en absoluto) en la que el protagonista tenía aquel modelo y marca porque, según rezaba la voz en off, formaba parte de “su mundo”. El tío en cuestión salía practicando artes marciales, trabajando con aire triunfador en un despacho con pinta de profesional liberal y otras actividades similares. En tanto que no las recuerdo, asumo que no eran relevantes para el mensaje. Lo auténticamente importante era precisamente el mensaje. Recuerdo bien que la voz en off (el tío no hablaba, ya que sólo era la plasmación visual del target al que iba dirigido el espot) decía dos frases clave. “Sólo tú controlas tu mundo” y “Para que nada cambie tu mundo”. El resto era, de nuevo, irrelevante y servía para llenar los restantes 20 segundos. El mensaje era que el coche garantizaba que, no sólo no cambiaría tu mundo, sino que lo mejoraría.
Realmente los creativos que lo diseñaron eran buenos. Esa apelación directa al mundo personal, interno, casi uterino, en el que necesitas refugiarte para evitar, escapar, huir o incluso ignorar el “otro mundo”, el mundo exterior, merece mi más absoluto reconocimiento. Por mucho que practiques artes marciales y tengas éxito en tu deslumbrante despacho, fuera de tu mundo eres vulnerable, frágil, insignificante o, peor aún…ya no eres. Confieso que, de gustarme los coches, me hubiera planteado seriamente comprar aquél. Todos necesitamos nuestro mundo, lógicamente. El problema es, si eres un freak de la simulación histórica con miniaturas, ¿dónde leches encuentras tu mundo?
Yo puedo decir que soy muy afortunado. En Barcelona, a 20 minutos en metro de mi casa, existe el útero en el que puedo refugiarme y así no temer dejar de ser. Es la Associació Alpha-Ares. Y cuando digo útero, no es tan metafórico como cabría imaginar…
Esta es la puerta de entrada.
Realmente los creativos que lo diseñaron eran buenos. Esa apelación directa al mundo personal, interno, casi uterino, en el que necesitas refugiarte para evitar, escapar, huir o incluso ignorar el “otro mundo”, el mundo exterior, merece mi más absoluto reconocimiento. Por mucho que practiques artes marciales y tengas éxito en tu deslumbrante despacho, fuera de tu mundo eres vulnerable, frágil, insignificante o, peor aún…ya no eres. Confieso que, de gustarme los coches, me hubiera planteado seriamente comprar aquél. Todos necesitamos nuestro mundo, lógicamente. El problema es, si eres un freak de la simulación histórica con miniaturas, ¿dónde leches encuentras tu mundo?
Yo puedo decir que soy muy afortunado. En Barcelona, a 20 minutos en metro de mi casa, existe el útero en el que puedo refugiarme y así no temer dejar de ser. Es la Associació Alpha-Ares. Y cuando digo útero, no es tan metafórico como cabría imaginar…
Esta es la puerta de entrada.
Es un antiguo edificio de oficinas que tenía una empresa de impresión (si no recuerdo mal) en su doble subterráneo. Actualmente sólo está habitado su ático por un despacho de publicistas, creo, y por mi útero extracorporeo, que ocupa el doble subterráneo.
El hecho de tratarse de un doble subterráneo, en el que nunca entra la luz del sol y siempre debamos usar luz de fluorescente daría material suficiente para un buen literato a la hora de crear símiles e imágenes de trasfondo psicológico. Como, por desgracia, no es mi caso, me limitaré a ser básicamente descriptivo.
El hecho de tratarse de un doble subterráneo, en el que nunca entra la luz del sol y siempre debamos usar luz de fluorescente daría material suficiente para un buen literato a la hora de crear símiles e imágenes de trasfondo psicológico. Como, por desgracia, no es mi caso, me limitaré a ser básicamente descriptivo.
Una vez sumergido en el líquido amniótico, ¡Ah! ¡qué placer!, ¡cuánto bienestar!....Aquí ya no hay ruido del mundo exterior, temor, ni inquietud.
El primer subterráneo está centrado básicamente en juegos temáticos de tablero. También hay la sala de una LAN interna, aunque sin conexión a Internet, lástima.
Taquillas donde guardar tus tesoros a recaudo del mundo exterior y acceso al segundo subterráneo.
El segundo subterráneo concentra la mayor parte de los juegos de simulación histórica con miniaturas, o sea, lo mío.
Aunque también hay algún que otro juego de tablero.
En mesas como esta es donde suelo jugar.
Con un grupo de socios heterogéneo y muy variopinto.
Hasta aquí una breve presentación de mi mundo. Con el tiempo iré ampliandola. Por cierto, pago 16 € al mes por él, todos los gastos incluidos. Una ganga, vaya
3 comentarios:
Hola David,
Felicidades por el bloc! Le pongo un enlace al mío para ir siguiéndolo regularmente. A ver si así nos seguimos la pista mejor! ;D
Puede ser que esa persona (iba a decir tío, pero no vaya a ser que me lo encuentre algún día y se sienta ofendido) tan alta estuviera en la Expo World 2008 de Girona? (por cierto te llamé para ir pero no pude localizarte).
Merci, noi. Feia temps que no ens vèiem!!
Jo també miraré de seguir el teu amb més regularitat.
Miraré dfe trucar-te aquest estiu.
Ens veiem
Perfecte!
Faig vacances aquest agost. Truca'm quan vulguis i quedem! Encara que hagi de baixar a Barna! :D
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