He aquí al Sr. Ricardo, concentrado, hermético, circunspecto. Esta es la actitud que debemos inculcar a los novicios, la de la máxima dedicación al diseño de la táctica para la batalla.
Hoy, con mis hasta ahora invictos prusianos, sería distinto.
Esta es la ficha técnica de la partida.
Puntos: 400
Su ejército: Alexandrian Imperial. Libro 2. (atacante)
Yo: Prussian. Libro 4. (defensor)
Hora de inicio de la batalla: 5:00 (ya es de día)
Condiciones climatológicas: Irrelevantes. Un día perfecto para matarse.
He aquí el despliegue inicial i la distribución de mandos. Como hasta ahora me ha ido bien, repito el mismo esquema. Es cierto eso que dicen que los militares son el estamento más conservador de la sociedad. :)
Los macedonios juegan sin Bagaje, cosa que les da más flexibilidad de despliegue. El terreno ha salido bien cerrado. Ya mes está bien. Cada vez veo más claro que partir en dos el campo de batalla me favorece mientras la mitad en la que concentro mis dos mandos de Warband se enfrente sólo a un único mando enemigo. Vista desde el otro lado. Como ya va siendo habitual, mi estratagema de guías para sorprender al enemigo.
También veo más claro que esa estratagema va muy bien para tus montados. Casi nadie espera que te encierres con montados detrás de una colina difícil. Y una vez más, he aquí a la metaforización sublimada de mi masculinidad, ¡los Warband!
He añadido muchos arqueros porque no sabía si me encontraría delante a sus montados, ¡los temibles Kn (F) en cuña! Como he desplegado segundo, he visto que estaban fuera de mi alcance y los he desplegado en un flanco y atrás Me preocupa su mando orientado hacia el flanco. Esos malditos van a abalanzarse hacia mi flanco cuando avance.
Comienza la batalla. Me acompaña Juanjo, al que cedo mi mando de Caballería para que gane experiencia de mando y algún día se gane las espuelas. Los aliados responden bien y avanzan firmes hacia el enemigo. Mi oponente hace lo mismo con su mando al flanco mientras detiene su centro de Bw(X). Yo quiero contactarlos a toda prisa mientras que él pretende evitarlo. Será una interesante carrera de intereses bien opuestos.
En mi ala izquierda, Juanjo dirige los Psiloi hacia posiciones seguras en las colinas difíciles mientras maniobra con la Cv para atraer la atención de los Kn (F) en cuña. Estos últimos se dividen en dos grupos. Uno avanza raudo hacia el flanco de mi infantería mientras el otro espera nuestra salida de detrás de la colina.
Las órdenes acompañan y consigo plantarme ante los morros de su línea. Lo malo de ello es que voy a padecer dos turnos de tiro, que pueden ser devastadores. Su mando al flanco está desplegado, pero no ha podido impedir completamente que llegue en buen orden. Me veo obligado a destinar algunos efectivos (insuficientes) para detenerlos el máximo de tiempo posible. Sé que no puede detenerlos. Tan sólo confío en que venceré antes contra sus Bw (X).
Primera salva. La línea se rompe y tengo las primeras tres bajas. Cada turno que me tire será un suplicio.
En mi izquierda, los Psiloi ya están en lugar seguro con una posición ganada. La Caballería avanza lentamente sin precipitarse. Los Kn (F) que se dirigían a mi flanco son devueltos inmediatamente, cosa que me alivia en extremo. Su grupo principal continua desplegando a la espera que salgamos de tras la colina.
Segunda salva de flechazos en el centro y 4 bajas más. ¡7 elementos perdidos antes de haber entrado en combate! Su mando de flanco empieza a causarme problemas.
En mi izquierda, los Kn (F) se repliegan ante mis ojos. No sé exactamente cuál es el objetivo, pero no pienso desaprovecharlo. Al menos puedo intentar desarticular la columna más cercana a los Psiloi.
Ahora es mi turno. Si la amenaza de sus Kn (F) a la izquierda, tengo más oportunidades de concentrarme en el centro. Mi mando derecho tendrá que dividir esfuerzos entre el frente a batir y el flanco a contener. ¡Carga!
Mis Psiloi de la izquierda bajan de la colina y atacan a los elementos posteriores de la columna. Es un ataque suicida, pero eso romperá su grupo mientras el grueso de la caballería se aproxima, ahora sí a toda máquina. Además, la parte posterior de mi columna, emplea los guías. El próximo turno sabré si nos traicionan o no.
¡Fiasco en el centro! Causo bastantes bajas, pero ni de lejos las suficientes como para no tenerme que preocupar más. Estos cabrones son duros de pelar y ya me huelo que esto se va a alargar más de lo previsto. Ya percibo que mi mando de la derecha no podrá aguantar tanto como debiera.
Lo dicho de los Psiloi en mi ala izquierda se cumple. Mueren gloriosamente.
Los macedonios reaccionan y su subgeneral cubre la brecha pequeña causada en la línea, mientras intenta flanquearme en la brecha mayor. Mi flanco derecho va perdiendo efectivos.
Su tiro sigue castigándome. Cada turno sin estar en combate cuerpo a cuerpo contra él es muerte segura para algunos de mis hombres. Espero que la próxima carga sea la buena. ¡Mis filas empiezan a perder profundidad!
¡Vamos allá! Además de la carga frontal desplazo elementos en la brecha abierta a mi izquierda para atacar con posterioridad su retaguardia. Este turno necesito destrozar este frente ¡¡ya!! Por otra parte, saco a mis arqueros del bosque para que ellos también causen alguna baja de tiro frente a sus Psiloi.
En mi flanco derecho ataco con lo que puedo y flanqueo dos elementos, pero él sigue teniendo superioridad numérica y posicional. Esto es sólo retrasar lo inevitable. Estoy perdiendo elementos aquí y en los tiros de sus Bw(X). Pinta mal.
En mi izquierda, los guías no nos han traicionado y la columna emerge al otro lado de la colina. La columna principal carga contra su LH. Ahora su reacción es clara. Como ya hemos salido de tras la colina, devuelve su columna principal hacia el frente mientras desvía la columna secundaria hacia mi centro. Necesitará al menos dos turnos para llegar. ¡Hay que ganar en el centro como sea!
Consigo contener un poco el flanco derecho, pero sigo perdiendo opciones. ¡El centro, la clave está en el centro!
¡Fiasco total en el centro de nuevo! Elimino dos elementos más y obligo a retroceder a general, pero el resto es rechazado. Me espera otra salva de flechas inmisericorde. Ahora estoy de verdad preocupado.
En la izquierda sus Kn (F) avanzan hacia nosotros a toda velocidad mientras que su columna lateral ya ha alcanzado a mi flanco de arqueros. Un panorama temible.
Dicen que a la tercera va la vencida. Cargo en el centro con todo lo que me queda. Si vuelven a fallar, ya puedo ir pensando en la rendición. Necesito al menos 6 elementos suyos destruidos.
En mi flanco derecho estoy al límite. Los arqueros no pueden disparar contra objetivos decentes porque el resto de tropas consume todas las órdenes. Voy matándole elementos, pero él sigue teniendo ventaja.
Mi izquierda se abalanza sobre sus montados. Si el centro falla, tendré que matar la mayor cantidad posible de sus Kn. Para contener su ataque a mi flanco en el centro envío al suicidio más Psilois. Cualquier cosa antes de que lleguen a mis Arqueros y Warband.
Finalmente, la victoria en el centro. Su mando queda roto.
Estos son los instantes de placer intenso que compensan todos los fracasos vitales. ¿Quién necesita tener éxito en la vida pudiendo reventar 8 elementos de putos Bw(X) en un mismo turno? Estos momentos de pequeña muerte, en los que la mente deja de pensar y se limita a sentir, son los que insuflan de vida el alma y expanden los sentidos. Aun y desconociendo los efectos de los psicotrópicos de forma directa, me atrevo a afirmar que la combinación de serotonina, oxitocina, testosterona y adrenalina alcanzada en instantes así es la que, sin duda, permitió a Siddhārtha alcanzar el grado máximo de iluminación, o Nirvana.
Ya no me importa si gano o pierdo. Lo importante es que la metaforización sublimada de mi masculinidad ha tenido éxito. Probablemente, esto será lo más próximo que estaré nunca de ser padre.
En fin, que al romper su mando, sumado a las bajas ya acumuladas, provoqué que su mando de flanco quedase desmotivado. Eso me daba esperanzas de aguantar mientras trataba de acabar la batalla en el otro extremo del campo, ya que aquí estaba a un elemento de estar desmotivado también.
Precisamente en ese lado el enemigo tiene mi misma idea y carga allí donde puede.
Pero lo inevitable es inevitable. El último elemento que condice a la desmotivación de mi mando derecho perece ante el general enemigo. A partir de ahora dejan de estar impetuosos, cosa que me hace perder ese mando a todos los efectos, ya que maniobrar irregulares desmotivados es virtualmente imposible. Ahora sólo espero que necesite mucho tiempo para romperme el mando. Otra vez una carrera contra el tiempo.
El centro se ha convertido de nuevo en el feroz caos de batalla propio de mis partidas.
Mi ala izquierda debe ganar. Pierdo otro elemento, pero tengo opciones de hacer daño si los Pips acompañan.
El caos del centro no me permite concentrar tropas hacia mi necesitada izquierda. Los pocos elementos que puedo redirigir no compensan el descontrol de los impetuosos buscando presas fáciles. Mientras los desmotivados, se quedan inmóviles .
Necesito eliminar al menos 5 Kn (F) para dañar el mando del C-in-C enemigo. No será fácil, pero no hay otra opción. Por otra parte, voy sacrificando Psilois en el centro mientras llegan los escasos refuerzos que puedo enviar.
Consigo eliminar dos Kn que había flanqueado, pero cuando ellos cargan, matan a mis Cv sin necesidad de doblar. Doloroso.
Pese a sus dificultades de avance hacia el enemigo, su mando de flanco se aproxima con firmeza. Creo que tardará mucho para llegar a romperme ese mando.
Las bajas siguen acumulándose en el centro. Sus tres elementos de Kn(F) destinados a matar mi centro van limpiando poco a poco de tropas el terreno a su paso. Aquí pierdo dos arqueros. ¡Ya estoy tan sólo a un elemento de estar desmotivado aquí también!
Mi izquierda pierde otro elemento. Con una tirada de Pips decente podemos hacer daño…
…pero entonces suena el teléfono de Ricardo. Es su alto mando. Le ordena un repliegue inmediato para casa a cenar. Tenemos que terminar el juego sin completar la batalla. He aquí otra de las ventajas de haber substituido el sexo por la simulación histórica con miniaturas: nunca te llama nadie y te impide acabar la batalla. ¡Soy tan afortunado!
La verdad es que la batalla no estaba ni mucho menos decidida. Aunque él tenía un mando un mando roto y otro desmotivado. Yo, a todos los efectos sólo disponía de mi Caballería. El resto estaba desmotivado o inoperativo a causa de la distancia y de las dificultades de llevar refuerzos hacia la izquierda.
Ricardo y yo convenimos que repetiremos la batalla y la completaremos. Hasta entonces, pues.
2 comentarios:
Hola David,
Mira que no hi entenc un borrall, però tal com ho expliques em fas ganes de jugar!! :D
Per cert, una suggerència. A les fotografies, podries marcar (encara que sigui en una cantonada en petit) la direcció de l'atac? Es que a vegades, si la foto no està feta desde la reraguarda, pot ser una mica desorientador (no sé si m'explico...).
Hola noi,
No m'havia fixat que m'havies post un comentari aquí. Encara no estic acostumat a mirar-me això cada dia :).
Doncs si algun dia vols aprendre a jugar, només m'ho has de dir :). És molt interessant aquesta puntualització que fas. Com que el meu "públic" ja coneix el joc, no cal que expliqui res, però és veritat que per a algú de fora pot ser desorientador com dius. Em sembla que em limitaré a fer fotos des de la meva reraguarda sempre perquè no hi hagi ambigüitats.
Merci per la observació! :)
Publicar un comentario