sábado, 30 de mayo de 2009

Abandono DBMM. Primera parte.

La vida da muchas vueltas, y por mucho que hagas planes, pensando siempre que vas a hacer esto o lo otro de aquí a unos años, al final siempre hay sorpresas que dan un giro inesperado a dichos planes o, simplemente, los envía al garete.

Es lo que me ha pasado al conocer a Irina.

La conocí gracias a la agencia que ya os presenté aquí. No os quería comentar nada hasta ahora porque necesitaba estar seguro de que sería algo en firme, como así ha sido. Comenzamos a cartearnos (por email) las pasadas navidades, y con el paso de las semanas decidimos que ya era hora de conocernos en persona. Irina es una mujer con carácter, como a mí me gustan, de manera que no aceptaba que ella se tuviera que desplazar a Barcelona o yo a San Petersburgo, así que decidimos un lugar “neutral”, como Londres. Ninguno de los dos había estado allí nunca, así que fue una elección muy acertada y escogimos las pasadas vacaciones de semana santa para pasar unos días.

Fue maravilloso. Os dejo con algunas instantáneas que tomé de ella en la ciudad. Inicialmente me hacía mucha ilusión explicaros todos los lugares visitados de la capital británica, pero como he constatado que TODO EL MUNDO ya ha estado en Londres, quedaría como Paco Martínez Soria en la película “La ciudad no es para mí”, así que me limitaré a dejar constancia gráfica de nuestro paso por la city.

Aquí os presento a Irina en ese célebre puente sobre el Támesis que todo el mundo conoce.

Aquí, al lado de uno de esos célebres vehículos de servicio de trasporte público que todo el mundo ha usado.

Aquí, en la plaza del célebre almirante británico que todo el mundo reconoce.

Aquí, en un típico restaurante para guiris donde te clavan una pasada, pero como a Irina le encantaba hacerse foto tras foto en lugares “emblemáticos”, pues en fin…

Aquí, en esa otra emblemática plaza que todo turista de pro debe visitar. La verdad es que aquí se la ve sencillamente preciosa.

Aquí, en otro emblemático cruce de calles con “monumento” de fondo. Con una sonrisa así, ¿qué más se puede pedir en la vida?

Aquí, posando al lado de ese otro elemento claramente identificador londinense.

Aquí, en la puerta de la embajada del próximo país que tenemos planeado visitar.

Ambos tenemos mucho interés por Japón, de modo que no pudimos evitar la tentación de pedir información turística sobre lugares interesantes que visitar. Si todo va según lo previsto, iremos este próximo agosto.

Finalmente, aquí no recuerdo exactamente dónde estábamos. De hecho eso no es importante. Ella sí lo es, y con su imagen, radiante, no hace falta más.

¿Y que por qué dejo DBMM? Me parece evidente…¿o no?

8 comentarios:

Xavier Martí i Picó dijo...

No entiendo nada, sniff ¿nos vas a dejar por esa... esa maravillosa sonrisa?

¡Exijo una explicación!

Aaaaaaaaaah, ya lo entiendo...

¿Ella también juega a DBMM?

;OP

ignasi dijo...

Vale ok, tienes novia. Muchos de nosotros tenemos novia/amiga/mujer incluso hijos!, o sea a lo que nos referimos por Alto Mando en general. Vas a tener que dedicarle gran parte de tu tiempo, pero seguro que no te va a quedar nada para DBMM??? os vais a ir a vivir a Londres? o a Japon?

Juanjo dijo...

David, eres un romántico. Esta aventura que ahora nos desvelas parece sacada del manual del buen demimonónico: relaciones epistolares, distancia, capitales imperiales, viajes a oriente... Tantas experiencias tienen el toque de irrealidad propio del amor... ¡¡¡Suerte!!

David Cantó dijo...

Gracias a todos. Sois muy comprensivos. En mi próxima entrada acabaré de perfilar mi relación con DBMM a partir de ahora.

Òscar dijo...

wtf?

Brownieman dijo...

¿Abandonar DBMM? hay cosas que no se abandonan... simplemente hay cambios de prioridades que hacen que se queden en un segundo o tercer plano (como supongo que es el caso)

Anyway, best wishes for both of you ;)

Quim dijo...

O_o Estic estorat!! Felicitats tiu!!!! :D L'amor és lo primer. El DBMM pot esperar.

Ricardo dijo...

Me he quedado de pasta boniato...

¡Enhorabuena! Espero que te vaya muy bien. Bueno, cuando nos veamos la próxima vez ya hablaremos.
Por cierto, ¿ya le has explicado que te pasabas las tardes-noches con un montón de tíos maduritos en un subsótano maloliente jugando con muñequitos?
Vale, dicho así queda bestia, pero si lo sabe y acepta tu oscuro pasado... ¡eso es amor!

Oye,que me alegro un montón.