Jornada Tarraco Viva 2011. Y segunda parte.

A diferencia de otras crónicas, en esta ocasión la segunda parte va dedicada a las actividades “extraeventuales”. En la visita del año pasado, sólo pude dedicar un ratito a ver todo lo ofrecido en Tarraco Viva después de comer. Me quedé con las ganas de ver más. Este año me reservé más tiempo para ello, y aun así me dejé cosas por ver. He aquí un resumen de lo más destacable.

En el exterior de la muralla, era donde se apiñaban los puestos y tenderetes de los diversos productos y servicios ofrecidos. Ya a media mañana estaba lleno de gente.

Me gustó sobre todo el entorno de proximidad del ambiente. La cercanía de los puestos y la gente que los despachaba era muy agradable.

El primer puesto de venta que destaco es el del orfebre.

Básicamente vendía baratijas y bisutería, pero verlo hacerla a mano era lo atractivo. Inmediatamente al lado, se incluían otros productos comercializables anacrónicos, como estos yelmos medievales.

Aquí dos artistas del mosaico. Un auténtico trabajo de artesanía.

En la foto no se percibe bien, pero la pieza más grande con la que trabajaban media medio centímetro. Impresionante.

Otros detalles muy acertados que podías encontrar eran los que complementaban algunos de los tenderetes. En este, por ejemplo, había un típico grafiti romano.

Si alguien puede interpretarlo, se lo agradecería. Desgraciadamente, el latín no es mi especialidad. En este otro, un pequeño altar doméstico.

En tanto que no había ninguna indicación explicativa, no sé qué deidades había representadas.

Por otro lado, como ya fue el caso el año pasado, volvieron a asistir los grupos y entidades especialidades en la recuperación del patrimonio celtíbero.

Aquí era donde te podías hacer la foto al lado de un guerrero celtíbero.

Pero, de lejos, lo que más me gustó fue la carpa en la que había las librerías.

Eso me dolió perdérmelo el año pasado, de modo que en esta ocasión, pude echarle un vistazo con más tranquilidad.

Lo cierto es que quedé un tanto decepcionado. La práctica totalidad de títulos disponibles estaban centrados o relacionados de forma directa o indirecta con la historia de Roma.

Entiendo que en Tarraco Viva tires del filón romano, pero de ahí a convertirlo en un publirreportaje de la ciudad eterna y poco más me supo a poco. Una lástima.

En cambio, una novedad interesante fue la presencia de equipos universitarios arqueológicos que se presentaban para atraer visitantes, o bien de localidades que organizan eventos similares al de Tarraco Viva. En este caso, en Italia.

En general, una buena sensación. Me contuve lo suficiente como para no comprar nada, y eso que la tentación era fuerte. Una gran jornada que espero repetir el año que viene. Para entonces, quiero ir al espectáculo de los gladiadores y al de los reenactors alemanes, que me han recomendado.

Finalmente, como es ya costumbre, la foto de grupo.

Hasta el próximo Tarraco Viva 2012.