Día épico en Stronghold

Si recordáis, la semana pasada os comenté que me iba a hacer proselitismo a Stronghold. Pues bien, aquí tenéis la crónica.

Por lo que me explicaron, y a diferencia de Alpha, no tienen una disponibilidad permanente de actividades. Funcionan más bien a base de eventos en los que se reúnen juegos y jugadores. Yo fui amablemente invitado a uno de estos eventos, que ellos llaman Epic Day. Supongo que habréis captado el hábil juego de palabras con el título de esta entrada. Por lo que entendí, organizan varios Epic Days a lo largo del año.

El centro cívico en el que se hallan les cedió dos amplios espacios en la planta baja que estaban llenos de gente. Aquí el principal.

La media de edad es claramente menor que la nuestra. Son gente muy joven, en general. La totalidad de los juegos que vi en marcha eran de mesa, especialmente temáticos y de cartas. Nada de wargames.

Lo cierto es que había de sobra donde elegir y de todas las temáticas. En la sala anexa, habían organizado una charla dedicada a los wargames precisamente. Una lástima haber llegado cuando ya había concluido.

La persona que la dio (al fondo, sobre el escenario) fue precisamente una de las interesadas en la demo. Aquí otra toma de dicha sala una vez dedicada a más juegos de mesa.

De aquí destaco un juego que me llamó mucho la atención. Se trata de una versión del Risk dedicada a Star Wars.

Curioso. No sabía que existía. En cuanto a la demo, hubo dos personas interesadas (la ya mencionada y otra) y de las cuales espero tener noticias pronto.

Ahora vayamos a lo importante: el momento de gozo y dicha que me fue concedido ese día épico al encontrarla a ella.

Con la excusa de sacarle una foto a la ridícula figura multicefálica del medio de la imagen, pude capturar furtivamente la deslumbrante presencia de esta bella desconocida que me arrebató el habla. La vi jugar en diversas mesas y con distintos juegos, con lo que entiendo que pertenece a este mundo; que no es, en definitiva, la típica y fugaz pasajera que viene acompañando a alguien.

No me atreví a fotografiarla de cara. Como podréis entender, no podía arriesgarme a que me tacharan de pedófilo (porque me temo que era menor). Deberíais haberla visto. En la imagen ya se atisba su camisa con dos botones del cuello desabrochados y una corbata con el nudo bajado a la altura del busto. A ello se unía lo que siempre me pierde en una mujer, algunos mechones salvajes de esos que se resisten a la disciplina del peinado y que no hacen más que reforzar el carácter indómito de su dueña. Uno de mis sueños hecho realidad: una profesional liberal, desmelenada y descorbatada disfrutando de juego tras juego. A parte de Petra y de que Xavi no gane más ligas, ¿qué más se puede pedir en la vida?

No pude concentrarme en la demo como debiera, hasta el punto que me fue imposible evitar tomar otra foto suya mientras participaba en un juego de cartas. Nuevamente, la excusa era fotografiar el ambientazo del local en general.

Diría que fue la demo en la que perdí más rápidamente de todas las que he hecho. Sospecho que los dos jugadores que se interesaron no acabaron de ver la dificultad de DBMM, ya que rompieron mis mandos en tiempo récord.

Era maravilloso verla disfrutar jugando. No pude evitar una tristeza profunda al comparar nuestro inframundanal club Alpha con esta deslumbrante imagen de gozo lúdico y belleza. ¿Qué hacemos mal para merecer tan poca fortuna del destino? De hecho es una pregunta retórica. Todos sabemos la respuesta. El día que en Alpha tengamos una profesional liberal descorbatada y despeinada debatiendo con argumentos irrebatibles la aparente paradoja del sobredimensionamiento de las bases de DBMM en relación a las zonas de control equipotenciales, sólo querrá decir una de dos cosas: o bien Matrix nos ha concedido, al fin, el mundo perfecto, o bien las crecientes concentraciones de cola que se acumulan en las mesas del fondo habrán ultrapasado el nivel máximo de tolerancia.

Yo quiero tener días épicos en Alpha…:(.