Normalmente no uso mis minis en batallas “de pro” haciéndolas pasar por lo que no son. Eso lo dejo para las demos y las clases de iniciación de los nuevos adeptos, pero en esta ocasión me pidieron expresamente que hiciera una excepción, así que accedí a ello. Me enfrenté a un romano con mi prusiano disfrazado de galo. Al fin y al cabo es difícil encontrar ejércitos con un gran número de Wb, como el mío.
Fueron los cónsules Jordi y Òscar quienes deseaban ganar gloria tras su reciente nombramiento por el Senatus.
Fueron los cónsules Jordi y Òscar quienes deseaban ganar gloria tras su reciente nombramiento por el Senatus.
Puntos: 400
Su ejército: Romano Polibio (con Lépido como C-in-C inerte). Libro 2. (defensor)
Yo: Galo (o sea, prusiano disfrazado). Libro 2. (atacante)
Hora de inicio de la batalla: 12:00. Es de día.
Condiciones climatológicas: Nada destacable. Un día perfecto para matarse.
Aquí tenemos el despliegue:
Como se puede ver en la imagen, yo desplegué dos grandes mandos de infantería Wb y Ps (casi calcados en número a los del prusiano) y de un tercero, del C-in-C, Caballería, también como en el prusiano pero más numeroso.

Comienza la partida y mi los cónsules obtienen una tirada con su dado dummy de 5, ¡anunciando la llegada inminente de su marcha de flanco por mi lado derecho! Esta no me la esperaba. Al tener un comandante en jefe inerte, se han gastado los puntos ahorrados en un cuarto mando de combate. El resto de su ejército apenas se mueve. Está claro que su opción es permanecer estático en su posición mientras su marcha de flanco me desbarata. Admito que me han sorprendido, pero habiendo llegado a la mesa de forma tan prematura, me da tiempo a preparar la defensa. Dos giros rápidos y ya tengo una pseudo línea de defensa. Ahora a esperar a ver qué llega.
Inicialmente había pensado aproximarme lentamente con las Wb hacia sus líneas para poder llegar en masa y en orden con el objetivo de romperlas de un golpe masivo. Ahora el plan había cambiado. Sin saber la magnitud de la marcha de flanco, había que arrojarse deprisa contra las legiones. Avancé mi centro a toda velocidad, dejando atrás a las columnas que desplegué sobre la marisma central.
Al haber desplegado segundo, pude orientar una masa importante de Wb directamente contra la línea de legionarios sin cobertura de sus temibles Ps (S). ¡A por ellos!
En mi lado izquierdo hice lo mismo. Aquí me las tendría que ver primero contra su línea de ligeros (en esta ocasión (O), afortunadamente), que había avanzado en su primer movimiento.
En mi lado izquierdo hice lo mismo. Aquí me las tendría que ver primero contra su línea de ligeros (en esta ocasión (O), afortunadamente), que había avanzado en su primer movimiento.
Aquí mi masa no estaba bien orientada, de modo que sería más difícil de maniobrar, pero ahora lo importante era aproximarse rápido al enemigo. Desplegué una columna en mi flanco izquierdo por si su columna de Caballería Ligera se aproximaba demasiado hacia mí.
En su siguiente turno, su marcha de flanco llegó. Estaba constituida enteramente por Caballerías (O) y dos elementos de Caballería Ligera. Respiré más tranquilo; yo tenía superioridad numérica.
En su siguiente turno, su marcha de flanco llegó. Estaba constituida enteramente por Caballerías (O) y dos elementos de Caballería Ligera. Respiré más tranquilo; yo tenía superioridad numérica.
El objetivo inicial de mi Caballería era ir a comerse los ligeros de las legiones para permitir una carga tranquila de las Wb, como he dicho. Ahora habría un interesante duelo de Caballerías. Mi infantería se las tendría que apañar sola.
El resto de su ejército permaneció inmóvil excepto en su lado derecho. Replegó su línea de Ps y avanzo la columna de Caballería Ligera.
El resto de su ejército permaneció inmóvil excepto en su lado derecho. Replegó su línea de Ps y avanzo la columna de Caballería Ligera.
Su objetivo era claro, tentarme a entrar contra la retaguardia de sus ligeros para atraparme luego en ambos flancos por su Caballería Ligera y sus legiones. Noté que el resto del ejército no se movía. Eso siempre favorece al oponente si no se está en una posición defensiva fortificada (como no era el caso). Se notaba que ambos cónsules estaban aun a la espera de las acciones del enemigo, algo de lo que pude aprovecharme.
Mi turno de nuevo. Sabiendo lo que hay, reorganizo mi Caballería. Envió refuerzos al extremo izquierdo de mi línea para evitar ser sobrelapado por sus ligera y avanzo una columna por mi extremo derecho para comenzar a ganar su flanco. El resto de la línea permanece inmóvil.
Mi turno de nuevo. Sabiendo lo que hay, reorganizo mi Caballería. Envió refuerzos al extremo izquierdo de mi línea para evitar ser sobrelapado por sus ligera y avanzo una columna por mi extremo derecho para comenzar a ganar su flanco. El resto de la línea permanece inmóvil.
Mientras tanto, aunque a velocidades desiguales, mi infantería central sigue avanzando contra sus líneas de legionarios. Su inmovilidad me favorece, ya que su línea de ligeros se queda observando cómo me abalanzo contra sus princeps.


…Como así sucede. Gira sus Ps y me carga frontalmente, así como me flanquea con su Caballería Ligera.
Pierdo dos elementos y él uno. El resto de su ejército permanece otra vez inmóvil, incluyendo su marcha de flanco. Restar 1 PIP de todos los mandos cada turno no es agradable, y precisamente su marcha de flanco tiene asignado el tercer dado más alto, con lo que su capacidad de movimiento es mínima.
Vuelve a ser mi turno. Mi Caballería mejora su posición frente a la suya. Ahora tenemos ambas líneas igualadas, con mi ventaja de disponer de una columna que ya se aproxima peligrosamente a su flanco.
Vuelve a ser mi turno. Mi Caballería mejora su posición frente a la suya. Ahora tenemos ambas líneas igualadas, con mi ventaja de disponer de una columna que ya se aproxima peligrosamente a su flanco.
En el centro consigo mi objetivo. El bloque de Wb más avanzado llega en condiciones óptimas al combate contra su primera línea de legionarios. El resto sigue avanzando torpemente por la marisma, mientras mis Ps avanzan para empezar a amenazar el flanco de la otra legión.
Es el momento de arrojar también mi infantería izquierda. No alcanzo a combatir en condiciones, pero al menos sus ligeros ya no tienen margen de escape. Van a tener que luchar.
Supongo que pronto tendré a las legiones sobre mi flanco derecho descubierto, pero al menos he evitado que su Caballería Ligera amenace el izquierdo.El resultado del combate en el centro es un completo éxito. Devastador, como corresponde a las Wb. Tres elementos consecutivos de legionarios destruidos. Una primera brecha muy importante.



En el centro, su segunda línea de legionarios no dudó en vengar a sus compañeros del turno anterior. Lamentablemente perdí la foto en la que me destruye 3 Wb. Ojo por ojo, con la diferencia que yo tenía otros 26 elementos en ese mando…y él no.


Dicho y hecho. En mi turno, decido comenzar a avanzar mi Caballería contra la suya mediante una variación en la línea, una cobertura en el extremo izquierdo amenazado y flanqueando al elemento heroico que me había atacado el turno anterior.

En el centro se preparaba otra carga de Wb. En esta ocasión eran más elementos lo que contactaban frontalmente contra su línea de legionarios. Una victoria decisiva este turno y la batalla estaría muy encarrilada. Ya no le quedaban reservas significativas.


¡Una nueva y apabullante victoria en el centro! Tres elementos más de legionarios destruidos.

En mi decepcionante ala izquierda no pasó nada de nada, literalmente.




Nuevo turno. A cusa de una enojosa escasez de PIPs, en mi derecha sólo puedo ir a comerme el elemento de Caballería romana suelto que queda antes de arrojarme en tromba hacia su flanco.


Ahora era el turno de soltar a las Wb de mi izquierda. Cargué, o más bien dejé que cargaran, contra todo lo que tuviesen delante.

El resultado de combate en mi izquierda fue el previsto. Su elemento fue destruido. Su marcha de flanco iba a ser flanqueada.





Si sale bien, mi próximo turno podré embestir por el frente, el flanco y la retaguardia. Podrá ser el golpe definitivo.
Mientras, dejo que mis hombres del centro se arrojen a su antojo contra todo lo que puedan por delante como premio a su actuación estelar contra las legiones. Para cuando hayan salido del barro, los rezagados se van a quedar a dos velas.
Mientras, dejo que mis hombres del centro se arrojen a su antojo contra todo lo que puedan por delante como premio a su actuación estelar contra las legiones. Para cuando hayan salido del barro, los rezagados se van a quedar a dos velas.
Mi izquierda, en cambio, no tiene el día. Pese a que abro otra brecha en el centro de ligeros, pierdo otro par de elementos. Sin embargo, esta vez consigo que sus líneas se disgreguen con cargas de Psilois.

Es la mía. Al fin ataco con mi Caballería. Por desgracia mi tirada de PIPs no es ninguna maravilla y debo conformarme con menos ataques de los deseados. Aún así me aseguro un flanqueo y un ataque por retaguardia.



Pero los milagros existen. Mi pequeño ataque devastador contra su Caballería resulta ser un fiasco total. ¡Pierdo todos combates!

Por fin, en mi izquierda, la disgregación romana ofrece frutos. Dos legionarios destruidos y otros dos ligeros. Esto ya se acaba.
No puedo evitar mostrar una nueva imagen del caos en mi lado izquierdo (aprovechando la ocasión para incluir en ella las ya abundantes bajas enemigas).

Lecciones para ambos cónsules. Llevar un C-in-C inerte es un error si quieres ser ofensivo, y muy duro si quieres ser defensivo. Manteniendo dos mandos es espera de mi ataque y enviar una marcha de flanco, además de ser arriesgado, es todo un desafío, por decirlo suavemente. El mando con el dado más alto, el de su derecha, no lo explotó al máximo hasta el final, mientras que la marcha de flanco tenía asignado el tercero más alto, cosa que garantizaba tiradas bajas, que pasaban a ser nulas a causa del general inerte. Demasiadas ventajas que los galos no podían dejar pasar.
Es encomiable el espíritu de experimentación de ambos jóvenes cónsules en esta batalla. Sólo espero que la derrota les permita mejorar para la próxima ocasión.
3 comentarios:
La bicefália veo que acabó en cefalea. Me ha dado la sensación que se notó mucho el hecho de ser dos jugadores. Creo que hay cosas que no las hubieran hecho igual si hubiese jugado un jugador. No sé si me equivoco...
Caramba qué batalla tan interesante.
El general inerte quedó completamente representado por el reglamento, y no se si afectó a la psicología de los propios jugadores romanos.
Ciertamente el tercer dado no era para una marcha de flanco de caballería que se supone debía ser el golpe victorioso.
Por último, dejar los Ax(S) y Ps(S) tan lejos del combate directo contra las Wb es una lástima, como demuestra que los Ps(O) aguantaran tanto al mando Wb de la Izq.
Fue una batalla tan interesante como instructiva. La verdad es que este romano puede pegar mucho.
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