martes, 17 de marzo de 2009

Asamblea general en Alpha

Después de más de 10 años sin haber asistido, el pasado día 13 decidí hacer acto de presencia en el segundo momento más importante de mi club, la Asamblea General. ¿Por qué tanto tiempo sin asistir? Pues porque, como en la política, si no me tocan mucho lo que yo quiero, me es indiferente quien gestione y cómo los recursos del club. Mientras pueda encontrar una mesa libre para jugar y un lavabo limpio, poco más necesito de Alpha.

Sin embargo algo ha cambiado. Y es que tengo un plan.

He decidido involucrarme más en la toma de decisiones y en la gestión porque quiero usar el nombre de Alpha para potenciar DBMM. No es lo mismo solicitar un local al Ayuntamiento diciendo que eres David a hacerlo en nombre de la Asociación Alpha Ares. Por eso, mi voto, junto con el de otro socio que delegó en mí, fue empleado en la asamblea anual.

No entraré en los detalles de los temas tratados. Resumidamente, aprobamos las cuentas del año anterior, con un bonito superhávit, y las previstas para 2009, con un mayor superhávit previsto. Desde el punto de vista económico, pues, el futuro está garantizado pese a la crisis.

He aquí una foto de la Junta (con su típica calidad nefasta):

De izquierda a derecha, el secretario, el tesorero y el presidente. El vicepresidente llegó más tarde y no lo fotografié.
La asistencia fue considerable. Sumando los socios presentes más los que teníamos voto delegado, éramos 55. La mitad de los 111 socios inscritos actualmente. Aquí una panorámica de los presentes a la derecha…

…y a la izquierda.

Fue muy interesante. Me gustaría explicar más detalles, pero me temo que ello supondría hacer públicas las miserias de Alpha. Tan sólo diré que, a medida que avanzaba la Asamblea, fueron aflorando rencillas personales, reproches, ataques más o menos velados contra determinados socios y demás avatares propios de una escalera de vecinos mal avenida.

Tal como yo lo veo, Alpha es como un matrimonio que lleva muchos años juntos. Continuamos así sólo por conveniencia, ya que en el fondo todos quisiéramos crear nuestro propio club con nuestras propias reglas y visiones de futuro. Pero no hay locales tan grandes y baratos en el centro de Barcelona, así que hay que apechugar.

Tras las votaciones pertinentes, a la 1 de la mañana, durante la fase más agria del debate, en el turno de ruegos y preguntas, decidí que ya había tenido suficiente, de modo que me volví para casa. Una lástima. Veo que no lo tendré fácil para obtener lo que quiero. Tendré que recurrir a los procedimientos ya antaño desarrollados por el Senatus romano republicano, confabular con algunas de las facciones contra otras a cambio de favores.

Parece que las cosas no cambian ni en 10, ni en 2000 años.

4 comentarios:

Juanjo dijo...

Tengo una duda que quizás puedas aclararme. En esta ocasión no se trata del reglamento del DBMM, sinó de los estatutos de la asociación. Tengo entendido que sólo tienen derecho a voto los socios numerarios (aquellos con dos o más años de antigüedad), por eso no asistí. ¿Estoy equivocado?

Xavier Martí i Picó dijo...

Bueno, nos ahorramos las miserias...;Op

David Cantó dijo...

Sólo te daré un detalle, Juanjo. Hubo un socio que lleva menos de un año siendo socio y durante la asamblea nos anunciaron que había sido seleccionado como vocal de la Junta. Y no me hagas hablar más, por favor :(

Juanjo dijo...

Joder, pues no me cuadra. En cualquier caso, creo que tu metáfora del matrimonio mal avenido es más ilustrativa que la transcripción literal de la asamblea.