Contrariamente a lo que la publicidad y la moda nos imponen cada día, sea de forma subliminal o no, madurar, o lo que es lo mismo, el eufemismo empleado para referirnos a envejecer, puede ser maravilloso. Ahora que estoy en la recta de tribunas de camino hacia la meta de los 40 años, me veo obligado a admitir que nunca pensé que llegaría a afirmar ser padre me cambiaría tanto la vida. Y no me refiero a las inevitables noches en vela, a los cambios de pañales o a los lloros tan inesperados como aparentemente desesperados. Me refiero a dar un poco de tu vida para crear otra.
El pasado sábado asistí, orgulloso, al nacimiento del que está llamado a ser el referente de DBMM en Girona. Es el club CAWA. Si bien ya existían como grupo de aficionados a wargames desde hace tiempo, me atrevo a afirmar que el sábado pasado nació el núcleo de lo que, estoy convencido de ello, será el club más importante de jugadores de minis (y en concreto de DBMM) al norte de la Tordera. Uno de sus miembros destacados es nuestro compañero Jordi, participante en la anterior liga y jugador experimentado, que me invitó a conocer su club. No pude evitar rememorar el momento en el que conocí a Jordi hace ahora ya un año. Es increíble lo deprisa que pasa el tiempo, pero la realidad está ahí. Y esto es lo que vi.
Aquí podéis ver el Centre Cívic de Palau, en el que tienen cedido un espacio.
El pasado sábado asistí, orgulloso, al nacimiento del que está llamado a ser el referente de DBMM en Girona. Es el club CAWA. Si bien ya existían como grupo de aficionados a wargames desde hace tiempo, me atrevo a afirmar que el sábado pasado nació el núcleo de lo que, estoy convencido de ello, será el club más importante de jugadores de minis (y en concreto de DBMM) al norte de la Tordera. Uno de sus miembros destacados es nuestro compañero Jordi, participante en la anterior liga y jugador experimentado, que me invitó a conocer su club. No pude evitar rememorar el momento en el que conocí a Jordi hace ahora ya un año. Es increíble lo deprisa que pasa el tiempo, pero la realidad está ahí. Y esto es lo que vi.
Aquí podéis ver el Centre Cívic de Palau, en el que tienen cedido un espacio.
Gracias a los ejércitos de papel, el empuje en el uso del juego es ya imparable. Aquí un par de detalles de romanos y cartagineses bidimensionales.
Estas cosas sólo las puedes apreciar a ciertas edades.